lunes, 5 de enero de 2009

Eternity

Eternity
Fandom:Xing
[WhitexGun]
By.Crazymilychan

Mis dedos se deslizan entre tus espesos cabellos y un suspiro casi inaudible escapa de tus labios. Mis ojos se centran en tu perfecto rostro y es aquí una vez más, donde dudo de mis pensamientos, donde algo “calido” en el interior de mi pecho me traiciona y me hace dudar, tambalea mis convicciones.

“ No puedes arrastrarle a nuestro mundo, el no nos pertenece”

Aquellas palabras se repiten en mi cabeza una vez más, como advirtiéndome, vislumbrando en mi mente las posibles consecuencias.

¿Qué debo hacer? ¿Por qué he pensado demasiado en esto?

Quizás cometí el pecado desde el principio, desde aquella noche en que te conocí en medio de la peor helada de la época. Tus ojos opacos sin expresión alguna y tus ropas demasiado ligeras para el frío que azotaba la primera noche de invierno. No supe con exactitud que me llevo a extenderte mi mano, y por un momento dentro de aquellos ojos sin vida pude ver odio, desconfianza, miedo.

Y por más que quise, no pude detenerme, estaba en mi naturaleza.

Indague en tu mente traspasando una a una, todas aquellas brechas que habías levantando en torno a tus recuerdos, rompiendo cada una, develando tú más celoso secreto.

Mi mano volvió a su posición original y seguí mi camino, completamente seguro que irías tras de mí. Porque éramos iguales, habíamos tenido el mismo sufrimiento. A unos cuantos pasos de abrir la puerta me giré, sorprendiéndome, mis suposiciones habían fallado.

Y solo por el simple hecho de no seguirme ya te habías vuelto especial, eras único y deseaba poseerte.

A partir de ese entonces, cada día apenas caía la noche salía a buscarte, recorriendo los lugares mas vulgares de la cuidad, intentando dar contigo sin éxito alguno.

El tiempo fue haciendo de las suyas y poco a poco me resigne a no verte más, para como estaban las cosas en ese entonces era probable que alguno de los míos te hubiese devorado o peor aún que los de tu propia especie hubiesen acabado contigo, pero, no fue así, y nuevamente el destino unió nuestros caminos.

De aquel pequeño niño no quedaban más que los mismo ojos vacíos, habías crecido mientras yo, aún a pesar del paso de los años permanecía de la misma manera, ventajas de ser vampiro me dije a mi mismo con sorna ocultando entre mi propia altanería signos de soledad.

“Los de nuestra especie están condenados a estar solos, puedes escapar de la luz del sol todas las mañanas, puedes esconderte y expandir tus alas al caer la noche, huir, pero vayas a donde vayas la soledad siempre estará presente”.

Y parecía que no aprendía de los errores, porque una vez más extendí mi mano justo de la misma manera en que lo había hecho hace más allá de cinco mil noches.

Y contrario a mis especulaciones esta vez la tomaste sin dudar, una expresión un tanto sensual arraigándose en tu rostro de angel.

-Cobro antes de comenzar-Dijiste apenas entramos a mi gran mansión, a lo que los tuyos llamaban, casa, hogar.

Mentiría si dijera que no me sorprendieron tus palabras. Así que era la manera en que habías sobrevivido todo este tiempo. Pensé e inconscientemente solté una sonora carcajada, llamando tu atención.

-Si no pagas primero no hay diversión y viéndolo de una manera un tanto profesional y dadas las circunstancias por la manera en que vives puedo darme el lujo de aumentar mi precio.

No había duda, definitivamente a cada segundo seguías sorprendiéndome. Y sin más metí mi mano en el pequeño chaleco oculto bajo mi oscura gabardina sacando un fajo de billetes, tus ojos parecieron brillar al ver tal cantidad de dinero y dentro de tu cabeza uno de tus pensamientos me dejo desconcertado completamente.

Extendí el dinero hacía a ti y apenas rozar levemente tus dedos pude comprenderlo.

No vendías tu cuerpo por placer o avaricia, lo hacías para protegerlos.

Arrebataste el papel moneda de mis manos contándolo celosamente al tiempo que lo guardabas en uno de tus bolsillos, acercándote a mi sin más, rodeando mi pálido cuello con tus manos.

- Ve a casa niñato, aquellos mocosos seguramente estas ansiosos por comer- Solté sin preámbulos y pude darme cuenta de manera muy notable como te había sorprendido con mi comentario.

- ¿C..Como lo sabes?- preguntaste incrédulo, ciertamente un poco temeroso.

- No es momento de que lo sepas aún, vete y vuelve cuando necesites más, solo bajo una condición, deja de hacer “eso”.- Agregue girándome, sonriendo quedamente al percibir un poco de agradecimiento.

Los días posteriores no te vi, seguramente lo que te había dado sería suficiente para vivir más de un mes completo. El dinero me sobraba, y para los de mi especie no era algo esencial, solo lo conservábamos para pasar desapercibidos con los humanos, para encajar y atacar por la espalda durante la noche.

Algunas lunas después volviste, te veías mucho mejor que la ocasión pasada en que nos habíamos encontrado. Tu rostro se exhibía precioso en su totalidad y tus mejillas habían cobrado color, tenías mucho mejor aspecto.

-¿Necesitas más? –Pregunté al ver que no emitías palabra alguna.

-No, solo quería saber porque hace esto- Mentira, tu boca dice una cosa pero tu mente te traiciona.

-Porque quiero ¿acaso no es obvio?- Sonreí y sorbí un poco de la copa de vino que ocupaba mis manos. Rojo, un afrodisíaco sabor, vital liquido disfrazado de aguardiente, sangre.

- La gente no hace las cosas sin ninguna razón de por medio- Susurraste mirándome y ahora que lo recuerdo realmente tenías razón no te alimentaba gratis, te pagaba por que me dejarás verte, sabiendo que volverías cuando ya no tuvieras dinero suficiente.

Y es que luego de eso, tus visitas se hicieron más asiduas y las cantidades fueron incrementándose, y yo te las entregaba sin chistar, sin dudar porque sabía perfectamente que estaba sucediendo.

Cuidabas a más de ocho niños huérfanos, desamparados, sin hogar. En un principio trabajaste hasta el límite pero no era suficiente, tenías que buscar otra forma de poder mantenerles, de sobrevivir. Y fue ahí cuando en medio de la desesperación optaste por vender tu cuerpo, el primero en tomarte fue uno de tus jefes, te dio una generosa cantidad a cambio de poseerte.

Y una vez que caíste en ese pozo, no pudiste salir, hasta que me encontraste.

Poco a poco me mostraste tu alma, poco a poco empecé a notar como la vida te iba consumiendo.

Al principio no me di cuenta, lo ocultaste muy bien y ahora, mientras sigo acariciando tus cabellos me arrepiento.

Primero empezó como una leve tos en uno de tus protegidos y de uno a otro la plaga se fue expandiendo, usabas todo lo que te daba pagando por medicamentos falsos pues hasta ese momento – según estaba enterado- no había duda para aquel que llamaban el “Colorido tormento”.

Cuando menos lo pensaste, el primero cayó y con días de diferencia los demás les fueron siguiendo. Sentí la furia invadir mi cuerpo cuando volviste una noche totalmente en shock, sumido en un completo desconcierto. El ultimo se había marchado sin siquiera decir adiós y el dolor de tu perdida, tu sufrimiento materializado en lágrimas llego a sentirlo mi inerte cuerpo.

Desde esa noche te quedaste ahí, conmigo, no querías comer y pedías verme nada más el sol se ocultaba ansioso de nuestro reencuentro.

Y no lo noté, me di cuenta cuando ya no había nada que pudiese hacer, cuando ya tu camino no tenía más seguimiento. Una noche ya no me buscaste y preocupado fui yo el que te busque, tu cuerpo bañado en sudor, hirviendo, y lo entendí, había llegado tu momento.

Me dedique a cuidarte durante eso tomentosos días, despertabas de vez en vez, solo pidiendo un poco de agua, susurrando mi nombre entre balbuceos inconcretos.

White, se lo que eres, por favor, no dejes que la oscuridad rodee mi cuerpo.

Al escuchar tus suplicantes palabras me sorprendí, pero luego de analizarlo un poco llegue a la conclusión de que sería demasiado estúpido que no lo hubieses deducido. Ahora entendía porque siempre llegabas de noche, porque me mirabas acusador al beber siempre de mi inseparable y roja copa.

Dame la vida eterna, déjame vivir contigo por la eternidad.

Y es por esas simples palabras que me tienes aquí, indeciso, en estos valiosos momentos. La enfermedad esta en su punto máximo y el dudar más podría ser la razón porque la ni siquiera en la otra vida pudiese verte, reencontrarnos de nuevo.

Convertirte en vampiro no es solo morder tu cuello y ya, es poner tu alma en juego, venderla a la eternidad, verla desaparecer conforme pasa el tiempo, esperanzándose a que quede solo una mínima parte, un pedazo de ella solo es necesario para reencarnar de nuevo, pero si se destruye, adiós a la otra vida, adiós a nuestro próximo encuentro.

Mi desición esta tomada ahora solo queda esperar.

Y como ultima acción, como nuestra despedida, me inclino levemente sobre ti, rozando tus labios semiabiertos.

Así pase una eternidad, lo juro, en nuestras próximas vida nos volveremos a encontrar.

Fin.
-
ha
Mi primer fic publicado aquí *^*! AsahsasAzo para ti with Love ~ WhitexGun rlzz >D tenemos que traducirlos para pervertir a Xiera ok no xD